Una nota del 5 de febrero de un portal de Extremadura, España.
O quien lo escribió es mexicano infiltrado o nos conoce muy bien, una muestra más de el peculiar fútbol que existe en este jodido país, como un animal raro, un bicho poco común, nuestro fútbol es único en el mundo.
El Atlético de Madrid acaba de despedir a su entrenador el mexicano Aguirre (mexicano allí en España, aquí es el vasco) y es buen momento para trasladarles mi opinión del fútbol azteca, uno de los más peculiares del mundo.
El deporte rey es, de lejos, el más seguido en México, el que desborda más pasiones y se muestra como un fiel reflejo de la idiosincrasia del país. Desde el sistema que se emplea para el campeonato local, pasando por los equipos y los directivos, a los enredos de la Federación Mexicana de Fútbol, todo tiene el aroma que se respira en sus calles.
Sistema de competiciónmalo, aburrido, innoperante
La Primera División Mexicana está compuestas por 18 equipos, que se reparten en tres grupos. Como es habitual en Latinoamérica, los temporadas se dividen en Apertura y Clausura, por lo que cada año hay dos campeones. Al finalizar la fase regular de cada torneo, que enfrenta a todos con todos en partido único, los dos primeros equipos de cada grupo junto a los dos mejores terceros pasan a disputar unas eliminatorias por el título, ahora a ida y vuelta.
Sólo un conjunto al año pierde la categoría, lo que se decide a través de los, también comunes en el continente, porcentajes. Para ello, se dividen los puntos obtenidos en la máxima categoría de cada club, en periodos de tres años, entre los partidos disputados. Los equipos grandes se ven beneficiados por estos porcentajes, ya que pueden permitirse un mal año y esperar que el río vuelva a su cauce en los dos siguientes. Como contrapartida está la situación de los recién ascendidos, pues para ellos sólo cuentan las temporadas en Primera División, por lo que una derrota o una victoria pude hacer variar drásticamente su cercanía o alejamiento al puesto de descenso.
Pero, sin duda, lo más sorprendente es que los equipos mexicanos son los únicos que pueden ganar los campeonatos internacionales de dos conferencias: la CONCACAF y la CONMEBOL. Por un lado, disputan la Liga de Campeones de la CONCACAF con su vecinos de Centroamérica, EE.UU. y Canadá, competición a la que no darían ninguna importancia sino fuera porque otorga una plaza para el Mundial de Clubes. Por el otro, juegan la Copa Libertadores sudamericana, competición mucho más atractiva para los equipos, el público y las inversiones publicitarias. Y es que no hay color entre el Boca Juniors y el Sao Paulo o el Saprissa costarricense o el New England Revolution norteamericano. Los conjuntos mexicanos acudían hasta hace algunos años como invitados por la CONMEBOL, pero ya son competidores de pleno derecho, aunque nunca han podido proclamarse campeones sudamericanos.
Pero el proceso para llegar a la Libertadores tampoco es el más común, pues no se alcanza según el puesto obtenido en la clasificación del último torneo, sino que los representantes mexicanos se disputan su pase en la denominada Interliga, al que acuden los equipos que sumaron más puntos en los dos últimos torneos. Además, no se disputa en México sino en EE.UU. La razón: que en poderoso vecino del norte se obtienen mayores beneficios por publicidad y, además, los estadios presentan el mismo lleno en las gradas gracias a los compatriotas que en su día cruzaron la frontera, que también están dispuestos a dejar más dinero en la taquilla. Y es que la competición mexicana no siempre se estructura en torno a la lógica. Al final, tres equipos son los que obtienen su pase a la Copa Libertadores.
Al extranjero que vive en México suele costarle algunos meses e incluso periodistas deportivos mexicanos encuentran dificultades para explicar este confuso mundo, cuyas pautas principalmente son marcadas por las dos grandes televisiones del país, Televisa y Tv Azteca, fuentes de ingreso de todo lo que tenga que ver con la pelota de cuero en estas tierras. A más partidos, más publicidad y más dinero, por lo que un equipo puede llegar a disputar más de 50 encuentros por temporada.
Equiposque no sirven pa' nadaaaa!
El último campeón, el Santos Laguna, no pertenece a la nobleza del fútbol mexicano. Y es que el sistema de liga, que no favorece la regularidad sino las buenas actuaciones en los momentos clave, ha provocado que multitud de equipos puedan hacerse con el título, algo casi impensable en un sistema de liga como el español.demuestra el nivel de la Liga pitera Los cuatro históricos del fútbol mexicano (América, Guadalajara, Cruz Azul y Pumas), llevan sin ser campeones locales desde 2006. Ahora comparten primeras planas de los periódicos con una serie de equipos con menos historia, como son el Pachuca, el Toluca, el propio Santos Laguna o el Monterrey.
La nota más folclórica de los conjuntos mexicanos es que todos cuentan con un sobrenombre que se emplea casi tanto como el oficial. Los conjuntos universitarios son los Pumas de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y los Tigres de la UANL (Universidad Autónoma de Nuevo León), y están las águilas del América, las chivas del Guadalajara o los tiburones del Veracruz. También hay cementeros (Cruz Azul), rayos (Necaxa), rayados (Monterrey) y gladiadores (San Luis) .premio al peor mote en la historia
Y es que la afición mexicana vive por sus equipos. Una hinchada pasional pero que no presenta grandes episodios de violencia. Es habitual ver en los clásicos, quizá a excepción del Derbi del Norte entre Monterrey y Tigres con seguidores más radicales, a los aficionados mezclados en las gradas sin ningún problema de convivencia.
El equipo más popular, lo que también implica que sea el más odiado, es el América, propiedad del emporio televisivo más grande del continente, Televisa. Los azulcrema son el equivalente al Real Madrid; mediáticos, siempre tachados de arrogantes sin necesidad de hacer nada para demostrarlo y con el mayor potencial económico de la liga. Entre sus filas destacan dos jugadores: Memo Ochoa, portero mexicano convertido en ídolo pop y llamado a ser un referente también en Europa, y el paraguayo Salvador Cabañas, un delantero con pinta de albañil que sorprende por su calidad y potencia.jajajajajajajjajajajajajajaajajajajajajajajaja
El segundo lugar lo ocupa el Guadalajara, con una imagen más simpática sobre todo porque en sus filas sólo juegan mexicanos. Gracias a una exitosa política de cantera, los rojiblancos disponen con una plantilla muy joven y prometedora por su potencial, pero que no acaba de dar el paso definitivo para alzarse sobre el resto de equipos. Su presidente, el polémico Jorge Vergara, ansía hacer del Guadalajara un club moderno, a la altura de los europeos. Vergara es también noticia habitual de la prensa por sus excesos verbales y delirios de grandeza.
Un paso por debajo les siguen Cruz Azul y Pumas. Los primeros atraviesan un bache de once años sin hacerse con un título, aunque en el último Clausura se vieron síntomas de mejora y alcanzaron la final. En sus filas hay algún conocidos de la afición española como Gerardo Torrado, que jugó en el Sevilla, Racing de Santander y Polideportivo Ejido. Y, en último lugar, los Pumas, los que hace años conformaban habitualmente la base de la selección mexicana y ahora tampoco viven su mejor momento. Llevan con orgullo ser los representante de la mayor universidad de Latinoamérica, de la que han surgido, entre muchos otros, jugadores históricos como Hugo Sánchez, conocido en México como el pentacampeón por sus cinco Pichichis. (y ahora entrenador del Almeria)
La selecciónen la que ya ni los albañiles creen
Hugo, muy querido en su época de jugador,muy mamón como personatuvo a la opinión pública mexicana detrás de él en su etapa de seleccionador nacional, que acabó hace sólo unos meses. Ego Sánchez, como también se refieren a él por la importancia que suele darse a sí mismo, fue despedido después de que no consiguiera clasificar a la selección a los Juegos Olímpicos de Beijing, pese a que comandaba una prometedora generación, que resultó campeona del mundo sub-17 en 2005, encabezada por Giovani dos Santos y Carlos Vela. Sven-Göran Ericsson fue escogido como su sustituto. Su principal misión será clasificar a los aztecas para el Mundial de Sudáfrica. Otro de sus encargos, como suelen repetir los dirigentes de la Federación, es implantar ´los métodos europeos´, que muchas veces son vistos como una suerte de conocimientos secretos y casi míticos que se aplican en el viejo continente.
Este es un breve repaso al único, desconcertante y divertido fútbol mexicano. Porque este deporte representa la esencia de un país acostumbrado a los extremos, que vive momentos de euforia aunque esté instalado en un pesimismo crónico. Y es que el fútbol en México no se juega, se vive.
Creo que se les olvidó mencionar que en México es el único país donde el fútbol es solo un negocio vil para satisfacer fortunas de Televisoras y patrocinadores, además de que es manejado por una Televisora.
O quien lo escribió es mexicano infiltrado o nos conoce muy bien, una muestra más de el peculiar fútbol que existe en este jodido país, como un animal raro, un bicho poco común, nuestro fútbol es único en el mundo.
El Atlético de Madrid acaba de despedir a su entrenador el mexicano Aguirre (mexicano allí en España, aquí es el vasco) y es buen momento para trasladarles mi opinión del fútbol azteca, uno de los más peculiares del mundo.
El deporte rey es, de lejos, el más seguido en México, el que desborda más pasiones y se muestra como un fiel reflejo de la idiosincrasia del país. Desde el sistema que se emplea para el campeonato local, pasando por los equipos y los directivos, a los enredos de la Federación Mexicana de Fútbol, todo tiene el aroma que se respira en sus calles.
Sistema de competición
La Primera División Mexicana está compuestas por 18 equipos, que se reparten en tres grupos. Como es habitual en Latinoamérica, los temporadas se dividen en Apertura y Clausura, por lo que cada año hay dos campeones. Al finalizar la fase regular de cada torneo, que enfrenta a todos con todos en partido único, los dos primeros equipos de cada grupo junto a los dos mejores terceros pasan a disputar unas eliminatorias por el título, ahora a ida y vuelta.
Sólo un conjunto al año pierde la categoría, lo que se decide a través de los, también comunes en el continente, porcentajes. Para ello, se dividen los puntos obtenidos en la máxima categoría de cada club, en periodos de tres años, entre los partidos disputados. Los equipos grandes se ven beneficiados por estos porcentajes, ya que pueden permitirse un mal año y esperar que el río vuelva a su cauce en los dos siguientes. Como contrapartida está la situación de los recién ascendidos, pues para ellos sólo cuentan las temporadas en Primera División, por lo que una derrota o una victoria pude hacer variar drásticamente su cercanía o alejamiento al puesto de descenso.
Pero, sin duda, lo más sorprendente es que los equipos mexicanos son los únicos que pueden ganar los campeonatos internacionales de dos conferencias: la CONCACAF y la CONMEBOL. Por un lado, disputan la Liga de Campeones de la CONCACAF con su vecinos de Centroamérica, EE.UU. y Canadá, competición a la que no darían ninguna importancia sino fuera porque otorga una plaza para el Mundial de Clubes. Por el otro, juegan la Copa Libertadores sudamericana, competición mucho más atractiva para los equipos, el público y las inversiones publicitarias. Y es que no hay color entre el Boca Juniors y el Sao Paulo o el Saprissa costarricense o el New England Revolution norteamericano. Los conjuntos mexicanos acudían hasta hace algunos años como invitados por la CONMEBOL, pero ya son competidores de pleno derecho, aunque nunca han podido proclamarse campeones sudamericanos.
Pero el proceso para llegar a la Libertadores tampoco es el más común, pues no se alcanza según el puesto obtenido en la clasificación del último torneo, sino que los representantes mexicanos se disputan su pase en la denominada Interliga, al que acuden los equipos que sumaron más puntos en los dos últimos torneos. Además, no se disputa en México sino en EE.UU. La razón: que en poderoso vecino del norte se obtienen mayores beneficios por publicidad y, además, los estadios presentan el mismo lleno en las gradas gracias a los compatriotas que en su día cruzaron la frontera, que también están dispuestos a dejar más dinero en la taquilla. Y es que la competición mexicana no siempre se estructura en torno a la lógica. Al final, tres equipos son los que obtienen su pase a la Copa Libertadores.
Al extranjero que vive en México suele costarle algunos meses e incluso periodistas deportivos mexicanos encuentran dificultades para explicar este confuso mundo, cuyas pautas principalmente son marcadas por las dos grandes televisiones del país, Televisa y Tv Azteca, fuentes de ingreso de todo lo que tenga que ver con la pelota de cuero en estas tierras. A más partidos, más publicidad y más dinero, por lo que un equipo puede llegar a disputar más de 50 encuentros por temporada.
Equipos
El último campeón, el Santos Laguna, no pertenece a la nobleza del fútbol mexicano. Y es que el sistema de liga, que no favorece la regularidad sino las buenas actuaciones en los momentos clave, ha provocado que multitud de equipos puedan hacerse con el título, algo casi impensable en un sistema de liga como el español.
La nota más folclórica de los conjuntos mexicanos es que todos cuentan con un sobrenombre que se emplea casi tanto como el oficial. Los conjuntos universitarios son los Pumas de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y los Tigres de la UANL (Universidad Autónoma de Nuevo León), y están las águilas del América, las chivas del Guadalajara o los tiburones del Veracruz. También hay cementeros (Cruz Azul), rayos (Necaxa), rayados (Monterrey) y gladiadores (San Luis) .
Y es que la afición mexicana vive por sus equipos. Una hinchada pasional pero que no presenta grandes episodios de violencia. Es habitual ver en los clásicos, quizá a excepción del Derbi del Norte entre Monterrey y Tigres con seguidores más radicales, a los aficionados mezclados en las gradas sin ningún problema de convivencia.
El equipo más popular, lo que también implica que sea el más odiado, es el América, propiedad del emporio televisivo más grande del continente, Televisa. Los azulcrema son el equivalente al Real Madrid; mediáticos, siempre tachados de arrogantes sin necesidad de hacer nada para demostrarlo y con el mayor potencial económico de la liga. Entre sus filas destacan dos jugadores: Memo Ochoa, portero mexicano convertido en ídolo pop y llamado a ser un referente también en Europa, y el paraguayo Salvador Cabañas, un delantero con pinta de albañil que sorprende por su calidad y potencia.
El segundo lugar lo ocupa el Guadalajara, con una imagen más simpática sobre todo porque en sus filas sólo juegan mexicanos. Gracias a una exitosa política de cantera, los rojiblancos disponen con una plantilla muy joven y prometedora por su potencial, pero que no acaba de dar el paso definitivo para alzarse sobre el resto de equipos. Su presidente, el polémico Jorge Vergara, ansía hacer del Guadalajara un club moderno, a la altura de los europeos. Vergara es también noticia habitual de la prensa por sus excesos verbales y delirios de grandeza.
Un paso por debajo les siguen Cruz Azul y Pumas. Los primeros atraviesan un bache de once años sin hacerse con un título, aunque en el último Clausura se vieron síntomas de mejora y alcanzaron la final. En sus filas hay algún conocidos de la afición española como Gerardo Torrado, que jugó en el Sevilla, Racing de Santander y Polideportivo Ejido. Y, en último lugar, los Pumas, los que hace años conformaban habitualmente la base de la selección mexicana y ahora tampoco viven su mejor momento. Llevan con orgullo ser los representante de la mayor universidad de Latinoamérica, de la que han surgido, entre muchos otros, jugadores históricos como Hugo Sánchez, conocido en México como el pentacampeón por sus cinco Pichichis. (y ahora entrenador del Almeria)
La selección
Hugo, muy querido en su época de jugador,
Este es un breve repaso al único, desconcertante y divertido fútbol mexicano. Porque este deporte representa la esencia de un país acostumbrado a los extremos, que vive momentos de euforia aunque esté instalado en un pesimismo crónico. Y es que el fútbol en México no se juega, se vive.
Creo que se les olvidó mencionar que en México es el único país donde el fútbol es solo un negocio vil para satisfacer fortunas de Televisoras y patrocinadores, además de que es manejado por una Televisora.
Fuente: Extremadura
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