...es culpa de Óliver y Benji.
¿Te has preguntado por qué somos tan malos en el fútbol? Pues yo tengo la respuesta de que esta generación sea aún más mala que las anteriores.
¿La razón? Vamos a remontarnos a esos años de mil novecientos noventa, en tus tardes de canal 5, un programa de televisión llamado Super Campeones, ¿buenos momentos eh, enserio lo recuerdas bien?
Aplicamos el clásico, todos por el balón.
Le damos cabezazos a todo...
para nada.
Entramos con temor con los ojos cerrados por miedo a salir volando.
No sabemos definir, aún con portería vacía.
Nos asombramos de que alguien pueda correr con el balón.
¡Ooohhhh!
¡Ooohhhh!
O pueda patearlo e ir por él ¡oooohhhh!.
Incluso nos da miedo si se nos acerca siquiera.
Usamos la técnica de 3 contra 1, incluso estando a 10 metros.
No tenemos disciplina táctica.
¿Esto es fútbol o karate?
Estar lesionado es la onda.
WTF? Enserio creíamos esto.
Un minuto de silencio por las carreras de miles de niños que en un patio de colegio terminaron sus carreras de futbolistas al intentar imitar esto.
Desde tobillos y espinillas...
Desde tobillos y espinillas...
...hasta, bueno.
Lo peor de todo es juntar siempre a un paquetazo en el equipo sólo para que nos haga reír, no importando sus autogoles o su nulo talento.
Así es amigos míos, somos malos gracias a Óliver y Benji.
En conclusión, todo eso que vimos tratamos de imitarlo para así ser los mejores del mundo, tal vez a Óliver le funcionó, pero a nosotros nos dio en la madre.
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